Como buen padrecito, a menos de tres meses de ordenado sacerdote, ya tengo mil cosas que hacer.
Por andar en mil cosas algunos dias se me olvido rezar alguna hora litúrgica... (ya me estoy confesando en público, pero ya me confesé de eso). Rezaba donde podía: cuarto, sacristia, etc. Y en la oficina (mi set de grabación) no me daba tiempo, pues apenas llego hay mil cosas que atender.
YA BASTA: entre las mil cosas que hacer cada dia, la ORACIÓN va ser LA PRIMERA COSA que haga CADA DIA.
¿Comparten conmigo lo mal que se siente haber perdido un rato de oración? ¡Es una resaca del alma!
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