lunes, 21 de septiembre de 2009

Dia del Señor, hasta el fin

Es el día del Señor, y nuestro día de mayor trabajo.
Sólo pude rezar el Oficio de Lectura por la mañana.

En todo el día, de un trajín en otro, sólo hasta la noche pude hacer la "hora santa" de todas las horas de la liturgia, desde los laudes hasta las completas... fue como la oración del huerto: yo casi casi como San Pedro, entre el sueño y la vigilia, por el cansancio acumulado. Señor, ¿este sacrificio te agrada? Que el sacrificio supla el desvelo con que oré anoche. Ahora, despierto y fresquecito, te ofrezco mi alabanza.

Ahora es día de San Mateo. Voy a aprovechar para grabar los salmos del común de apóstoles.

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