Ayer por la tarde, sin parar, hubo muchas cosas. Celebré tres misas, una de ellas por un joven de 19 años, difunto. Después, tuve una cena fraternal con otros tres amigos sacerdotes.
Al llegar a mi habitación, estaba física y anímicamente cansado. Descubrí en mi liturgia que no había rezado ni la hora intermedia ni las vísperas... como pude recé la hora intermedia (no me decidí a grabar).
Eran más de las 10pm (que para mi horario es tardísimo). Los ojos se me cerraban automáticamente, y no podía rezar. Me puse el despertador a las 11:40 pm, tome una "siesta" nocturna, y desperté antes de las 12 para poder cumplir este deber de rezar por ti que lees este blog, y por el mundo entero.
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