Somos buscadores.
Al despertar buscas la luz,
apagar esa enfadosa alarma,
y después de buscar tus sandalias
buscas agua para tus ojos
y la reseca garganta que durante
siete largas horas dejaste en el desierto.
Tras un respiro
al descubrir que estás despierto
buscas en tus sueños
aquello que abandonaste al despertar.
Y detrás de todos los sueños
que soñaste vivo,
o simulando morirte al dormir,
está la voz de quien al principio
despertó del sueño todas las cosas.
No soy el único que busca:
Él me busca y está aquí.
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